The Royal Tenenbaums (Reseña)

Septimo Proyector
3 min readDec 27, 2021

Todo mi conocimiento acerca de Wes Anderson se reducía en dos elogios que siempre leía/escuchaba: el uso tan distintivo de su paleta de colores y su obsesión por los planos simétricos. Por este motivo, me sorprendí muchísimo al reproducir The Royal Tenenbaums. Es una de las primeras películas del director y si bien se comienza a atisbar parte de su estilo distintivo, lo que más me gustó de él no fue esto, sino su habilidad para caracterizar y desarrollar personajes. Así como su manejo tan puntilloso para oscilar entre dos géneros primigenios en el arte como el drama y la comedia.

Por Nahuel Arturo

Me encanta como Wes trata temas serios de manera absolutamente natural, mediante la comedia. El tono va y viene constantemente a favor de esto, mostrando que los errores paternales, las infidelidades, los intentos de suicidio, los episodios depresivos, las frustraciones e incluso la misma muerte pasan en la vida real. Están ahí, ocurren y no por eso todo tiene porque ser serio y oscuro. Se pueden abordar desde otra mirada sin caer en el ridículo ni en la más densa solemnidad

El director nacido en Estados Unidos dota de cualidades excéntricas a sus personajes para que estos resulten estrafalarios, propios de un mundo de fantasía. O, al menos, superficialmente. Anderson, inmediatamente lo contrasta mostrando los problemas de sus personajes, sus profundas cicatrices, sus sueños y añoranzas, logra que incluso un personaje como Royal que, en palabras de los mismos personajes, es: “una basura”; caiga simpático con el correr de los minutos y a medida que sus hijos como demás miembros de su familia lo van perdonando. Es sustancial esto en el cine de Wes porque sus personajes se permiten tener grises. No todo es blanco o negro y esto es llevado a sus películas de manera puntillosa al dotar a la mayoría de sus personajes de múltiples capas de personalidad, donde nunca vas a odiar ni amar al 100% a ninguno de los mismos.

Por otra parte, algo que también caracteriza al cine de este director es su mirada sobre la nostalgia, la infancia y su relación con el mundo adulto.

Aquel momento en que los pequeños hermanos Tenenbaums eran unos genios sin par, pertenecientes a una familia rica en pleno auge de popularidad, es recordado con cierto recelo por los mismos. La falta de amor e interés paterno producto de un padre ausente y de personalidad egocéntrica los llevan a acarrear serias heridas que nunca terminan de cicatrizar. Estas conllevan que desarrollen las, anteriormente mencionadas, excentricidades que observamos a lo largo de la película. Esto que en un principio nos parece raro, extraño o poco común y que creemos que es poco más que un sello característico de construcción de personaje, se ve sustentado en la trama mediante estos traumas infantiles. Sin embargo, no hay un descuido por parte de Wes Anderson a la hora de abordar estos temas. Existe un interés real en querer desarrollarlos, hay un director que tiene algo para contar y que lo hace a la perfección, con sumo cuidado y respeto. Un director tan excéntrico como sus personajes.

En conclusión, The Royal Tenenbaums es una historia seria que trata temas complejos mediante una mirada mágica y fantástica, narrada en clave de comedia pero que nunca cae en lo infantil o en la banalización. Realmente sentís que estás viendo el mundo real a través de los ojos de un adulto que comprende la vida y sus vicisitudes, más nunca ha dejado de soñar y jugar al ponerse detrás de la cámara.

Nahuel Arturo

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